No
hace mucho los venezolanos nos enteramos de una tragedia que enlutó al
país: El incendio de la Planta Amuay.
Fueron
muchas las vidas que se perdieron y que hoy se recuerdan, vidas que murieron
intentando escapar de las llamas y la destrucción y vidas que intentaron salvar
otras, hoy se las recuerda y se les amerita como es debido.
¿Es
posible incluir la ciencia ficción en una historia tan trágica como la de
Amuay?
Muchos
pensarían que sería una gran falta de respeto, ridiculizar o aprovecharse de
tal situación, pero Gusmar no fue hacia ese lado, más bien nos trae una
historia de valentía, donde muchos personajes se conjugan con el fin de
establecer un orden no ofensivo en la historia.
Tal
vez muchos no estarían listos para ver cómo la política, religión y ciencia
ficción se mezclan por primera vez en una obra literaria en los tiempos
sensibles que vivimos, pero Regeneración no es una historia de las que
Hollywood o grandes escritores del Sci-Fi cuentan: con extraterrestres, fin de
la humanidad o adolescentes que obtienen poderes de la nada; es todo lo
contrario, y de mi parte le doy el visto bueno para lo que vendrá.
Regeneración
habla sobre la solidaridad venezolana (latinoamericana), la situación política
actual y podemos ver cómo se fusionan en este género que nos ha asombrado mucho
desde hace décadas: La ciencia ficción.
Muchas
interrogantes se formulan al leer la historia…
¿Cómo
es posible que ese personaje pueda hacer eso? ¿Ahora qué pasará?
Interrogantes
que dejan un trago con el suspenso y misterio sobrenatural que caracteriza esta
historia.
Quizás
me recuerde a ciertos programas televisivos estadounidenses de ciencia ficción,
pero Regeneración es todo menos entretenimiento hormonal, es una historia llena
de drama, política y religión como ya dije, fusionadas con este peculiar género
literario- cinematográfico.
¿Si
tuvieras una capacidad especial para qué la aplicarías?
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