A
continuación la reseña escrita por Richard Sabogal:
Anoche,
luego de distraerme viendo la serie "El Barco", a las diez y media de
la noche, saldé cuenta con un gran amigo que quería leyera su libro, que saldrá
pronto con "Neblina Publicaciones" o Negro sobre Rojo como yo
jocosamente le dije por los dos colores de la portada que semióticamente aluden
al rojo de la sangre y al negro del petróleo o la negra que la pasan las
víctimas. Ese amigo es Gusmar Sosa y su libro es “Regeneración Parte 1.
Incendio en la planta Amuay”.
Yo
leí el cuento que dio origen a éste libro, si mal no recuerdo ese cuento iba a
su colección de "Cuentos Ateos". Para ser sincero el cuento es
bueno, es interesante ver ese personaje
que no se muere, pero ya, lees el cuento y ya. Este libro es algo muy distinto
al cuento, algunos personajes se encuentran pero muchas cosas cambian, la
madurez de la historia impresiona.
Debo
empezar por aclarar una duda que hasta el autor tiene, dice que Regeneración es
un libro de ciencia ficción o con matices de éste género, en absoluto, no tiene
nada de ciencia ficción, puede confundir fácilmente por esos personajes con
dones, pero a pesar de sus características son patrones que una que otra vez se
han visto en algún programa sensacionalista de televisión en personas reales.
Dentro
de la literatura hay varios autores que manejan estos dones, uno de ellos, el
que tengo más a mano ahora, es Isabel Allende con "La Casa de los
Espíritus", allí vemos a una mujer con poderes psíquicos que conoce más
allá de las realidades nuestras. Dentro de la ciencia ficción, las verdaderas
historias de ciencia ficción, está Terry Pratchett con sus historias de brujas
y magos y el Mundodisco, Larry Niven con
sus historias en otros planetas, Asimov con sus leyes de la robótica o
sus conocidas obras llamadas Fundación. En fin, el mundo de la literatura de
ciencia ficción es tan enorme, tan extenso y maravilloso, que necesita
conocerse mucho sobre ciencia, sobre tecnología, porque incluso autores que
escribían en los setenta manejaban términos tecnológicos que ni siquiera
nosotros aún conocemos.
Regeneración
entra dentro del género negro, narrativa negra, por la suerte de sus
personajes, género que curiosamente el autor ha manejado en prácticamente todas
sus obras. “Rubia”, su primera novela publicada bajo el sello Negro Sobre
Blanco Editores, a pesar de su viaje al interior de su personaje, es una mujer
que esa suerte, ese pasado, la lleva a parecer un alma en pena por gran parte
de la obra. “Cuentos para Morir Leyendo”, una colección de ocho cuentos que
Gusmar Sosa escribió junto a éste servidor, ni hablar, y es que casualmente
hace pocos días una escritora estadounidense decía en una entrevista que la
narrativa negra iba más allá de tener una historia con un policía y un asesino,
el género ha madurado y sus historias van con mucha más profundidad en sus
personajes, curiosamente su novela, la que presentaba esta escritora era la
historia de un hombre o una pareja, y llegaba hasta el tuétano de su alma, cosa
que Gusmar hace en sus obras.
Ahora,
habiendo definido el sitio donde yo, Richard Sabogal, coloco a Regeneración,
profundicemos en su historia.
La
historia se abre con un hombre prendido en llamas que va despellejándose poco a
poco, es en cierto modo el protagonista de nuestra historia, aunque cada
personaje tiene un peso importante dentro de la obra, éste hombre, es el único
que se acerca en un ápice a la ciencia ficción, no puede morirse, y él lo
desea, ahí pierde su rasgo de ciencia ficción. Gusmar profundiza en este
personaje, su pasado trágico, por cierto un juego literario que cuando lo
aplica le queda estupendamente bien, juega con los espacios y en pocos párrafos nos cuenta sucesos en
líneas diferentes de tiempo y al final del segundo o tercer párrafo ya nos
sentimos identificados o atraídos por ese personaje y continuamos leyendo
esperando tropezar de nuevo con él.
Nos
conseguimos a un bombero, un buen hombre, que sufre viendo como Amuay,
verdadero protagonista de la historia, se consume en llamas, tal como en
realidad ocurrió el pasado 25 de agosto de 2012. Este hombre apagallamas se
asemeja a Gusmar, es un personaje que siempre anda pendiente de lo injusto pero
también de las conspiraciones. El bombero sigue las conspiraciones o posibles
conspiraciones con una gran pasión, y aquí Gusmar comienza a desarrollar otra
faceta de historiador, la cual dejó bien parada a Rubia, su primera novela,
pero a su vez incrusta en la consciencia del personaje un conocimiento
internacional que aborda con equilibrio sin dejarse llevar por emociones, éste
atributo es uno de los grandes rasgos positivos de Regeneración. Es entonces
como el bombero atribuye que el hecho de Amuay pudo ser provocado, como se
maneja en los bajos fondos que fue realmente, y a partir de allí nos vamos
sumergiendo en la historia, viendo a un hombre ajeno al hecho, que está
pensando más en cómo poner fin a su sufrimiento, y a otro queriendo apagar el
incendio y pensando en el status quo de la situación. Pero el bombero no es
solamente un hombre de corazón noble, tiene su don, un don extraño por cierto,
algo similar a una intuición que va mas allá de lo que conocemos por el término
y este personaje jugará un papel importante dentro de las llamas de Amuay.
A
Roberto Infante, el hombre que no puede morir, nos lo iremos encontrando dentro
de la historia repetidas veces, siempre compartiendo su sufrimiento y esa
agonía de tantos años, a la vez que nos vamos encontrando personajes en otros
planos de la tragedia. Luego de ver a Roberto, y al bombero, Gusmar nos lleva a
alguien que en otra latitud ve a través de la televisión la tragedia y piensa
en sus seres queridos que trabajan allá, otro aditivo que nos va sumergiendo
aun mas en esas horas de fuego y sangre.
Es
común encontrarnos dentro de las historias de Gusmar personajes con diatribas
religiosas, nunca falta un ateo, o un personaje que cuestione las palabras que
los religiosos defienden a diente y espada,
y por supuesto tampoco falta un religioso, pero es tanta la pasión por
cuestionar las incoherencias de la religión que ese personaje religioso se
comienza a preguntar cosas que no comprende y que la iglesia le prohíbe
preguntarse, en esta historia no podía faltar, y lo interesante es que no lo
hace tedioso, sino reflexivo y queda intrínseco en la historia: “Para su padre
el alma no era más que otro concepto controlador a disposición de la religión y
su mecanismo proselitista, tal vez a su padre no le preocupaba el destino de su
alma…” dice en uno de sus párrafos.
Continuando
con esa crítica mordaz, ahora viajamos al lado de los reporteros, quienes como
buitres están pendientes de devorar el hecho, por un lado intentan colocarlo
como si fuera una provocación y aseguran que el gobierno lo tenía controlado y
por el otro como si fuera la destrucción total. A su vez viajamos al corazón de
las llamas, a una garita que está que se la come la candela y a un grupo de
personajes, entre ellos uno que lleva mi apellido y el cual no tuvo gran
relevancia, cosa que me decepcionó porque cuando iba a esa altura de la lectura
y veía personajes tan fascinantes no pude evitar preguntarme cuál seria el
poder de ese hombre con mi apellido, seguramente hasta primo mío, no sé. Dentro
de esa garita ocho personas angustiadas desean salir, la que tiene un don es
Miriam Salazar, mujer que tiene la batuta de la situación y que además nos hace
sentir ese pánico entre las llamas, esto aunado a los demonios internos de cada
uno dentro de la garita y el poco oxigeno que les va quedando con cada minuto
que transcurre.
Luego
el autor nos mete en la cúpula política donde vemos al presidente, al
vicepresidente y varios líderes bajo los
ojos del sargento Tomás Zambrano, quien tiene su propio infierno dentro, pero
que con aplomo asume el reto de salvar Amuay, todo a raíz de una promesa hecha
a su padre.
Dentro
de la historia vemos todo el tiempo un desarrollo del momento, de las llamas,
hacemos regresiones con cada personaje, pero el autor reflexiona sobre un post
evento, lo que ocurrirá con todos esos afectados, damnificados y nuevamente
juega con esa realidad: “Sabía lo que sucedería, los afectados serían ubicados
en escuelas, polideportivos, complejos y otras instituciones administradas por
el gobierno, con la promesa de una pronta solución a sus problemas, el gobierno
intentaría un acuerdo con el sector obrero para una alianza a fin de construir
una urbanización en la ciudad, transcurrirían meses”.
No
podía faltar entre los personajes alguien que despierta con la casa encima, una
chica que descubre la tragedia bajo su propio techo, o lo que queda de él. El
juego que hizo con este personaje fue muy atractivo, le dio otro matiz a la
historia.
Es
Regeneración una obra que me cautivó, supera en creces el cuento que leí aun en
edición – ventajas de ser su amigo –es una historia que me muestra en
diferentes planos esa tragedia que padecieron tantas personas y que los medios
reflejaron tan patéticamente.
Gusmar
trazó su pluma con un respeto hacia nuestros caídos de Amuay, mostrándonos
personajes inolvidables, algo difícil de lograr en la literatura, personajes
con tres dimensiones, que cuando uno recuerda el nombre de ellos le viene a la
mente lo que pasó dentro de la historia y algo mucho más atrayente, me sentí
identificado con prácticamente todos los personajes. Algo de su pasado, de su
presente o de sus acciones me identificaron, y estoy seguro todos los lectores
se identificaran. Me enorgullece tener un amigo con esa pericia y me satisface
aun más tener mi segundo libro en sociedad con él, ésta historia, real, sin
nada de ciencia ficción, ni siquiera las particularidades de los personajes,
necesita ser leída por todos los venezolanos, porque no es un lucro que busque
el autor, es un tributo, ya que ni siquiera lo editará en papel, lo difundirá
en digital para quien quiera adquirirlo. Es un libro que se lee de un tirón, no
por lo fatuo, nada de eso, sino porque no podrá dejarlo. Yo comencé a leerlo a
las diez y media de la noche, cuando me levante de la cama donde lo leía con la
computadora, tenía todo el cuerpo agarrotado y adolorido, por supuesto me
levanté cuando llegué a ese final tan abierto y que da paso a una segunda parte
que desde ya le exijo al escritor que me la pase, porque quedé sediento por
conocer mucho más de esos personajes y de esa historia que marcó la vida de
muchos venezolanos.
Si
esta historia es impulsada correctamente calará en la piel de todos los
venezolanos y será leída y pensaremos ¿Cómo estarán esas familias que pasaron
por esto?
Gracias
Gusmar, por regalarme tan buena lectura.
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