Historias entretejidas, unidas por un mismo evento, terrible y fantástico.
Muy al estilo de Meneses, el escritor Gusmar Sosa nos adentra en un mundo
insólito, ficticio, surrealista pero no desprovisto de realidad.
Enmarcada en los trágicos eventos de Amuay y como un homenaje a los
caídos y sobrevivientes de ese fatídico episodio de la vida real, nos llega “Regeneración Parte 1, Incendio en la
planta Amuay”, historia corta que aborda el tema de lo sobrenatural,
logrando una sutil y magistral fusión entre lo político, lo religioso, la
ficción y los infortunios de las almas mortales (o quizá no tan mortales), desde
perspectivas diferentes. A través de los ojos de sus personajes, el autor divaga en el mar de dudas y preguntas que
conforman esa mórbida naturaleza humana. Narra con maestría las vivencias de
los hombres y mujeres que conforman ese universo de horror, llevando al lector
a querer descubrir el secreto de ese renacimiento de la materia, imposible
desde una visión humana.
Me fue imposible no sentir empatía con uno de sus personajes, Francisco,
el bombero novato. Tal vez por llevar el mismo nombre que yo pregono, quise
escudriñar minuciosamente el carácter de ese individuo, descubriendo que en
esencia plasma al hombre que todos queremos ser; el joven con ideales nobles
forjados por el intento de ejercer una profesión altruista, la de salvar al
semejante; un héroe impulsado en su misión por el ímpetu que le otorga la
juventud. Es un personaje que busca incesantemente a verdad, esa verdad que da
esperanza aun en las noches más oscuras, iluminadas en esta historia por el
voraz fuego de la muerte.
Y surge otro personaje maravilloso, Miriam. Una mujer con una visión
profunda de las cosas, quien nos deja un valioso mensaje, reflexión tallada a
pulso por el sufrimiento: “nada es peor
que esto, nada es superior al fuego abrazador que amenaza nuestras existencias.
Lo demás, por horrible que haya sido, es abolido ante la llegada inminente de
la muerte”. El pensamiento pesimista y su desintegración sin remedio ante la
imperiosa necesidad de vivir. Emociones le embargan y sin buscarlo llega a
comprender la tragedia de los otros.
Te invito pues a explorar esta historia, escrita con las vísceras y no
por mera disciplina Una vorágine de
sentimientos; la solidaridad, el aferro a la vida, la pérdida, la inmortalidad;
heroísmo, sangre y fuego.
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