La
trama nos hace referencia al despertar del 25 de agosto de 2012 en Venezuela.
Leerla me dejó el sabor amargo y dulce de la vida misma, que es un camino de dificultades y hay que
aprender a caminarlo.
"Regeneración,
Parte 1: Incendio en la Planta Amuay”, nos lleva a la meditación: hay que ayudar a los demás sin condiciones.
En
resumen, ilustra esos momentos amargos que
siempre vienen acompañados de agonías, éxtasis y tristezas profundas.
Hace referencia a la necesidad de unirnos en momentos de tragedia, que debemos
preocuparnos por ser solidarios, útil para los demás, tomando en cuenta que en
unidad podemos salvarnos de la muerte y trascender, sin olvidar que la vida es
el momento que se respira, los planes son sólo una pretensión y soberbia humana
y debemos disfrutar cada momento. Que no
debemos dejar para mañana lo que tenemos que hacer hoy, tener el control
en la vida nunca es fácil, y a veces puede ser hasta doloroso. Pero a largo
plazo las experiencias óptimas añaden un sentimiento de maestría (o tal vez
mejor sea decir, un sentimiento de participación al determinar el contenido de
la vida).
Regeneración
nos muestra una dimensión extraordinaria de un suceso real, transformando con
elementos de la ficción, eventos que realmente ocurrieron, en algunos casos
acentuando, denunciando, proponiendo, en otros distrayéndonos para finalmente
sembrar un mensaje, una reflexión. Cada uno de los títulos de cada capítulo es
un paseo por una vereda que al final nos conduce al destino que debemos
decidir: El Despertar.
Su
contexto es mucho más amplio, va más allá de las fronteras de Amuay, es el
reflejo de la transformación que va dándose en la América Latina, desnuda los
conflictos internacionales que genera tal transformación e incluso dibuja con
ficción los sucesos que la han generado. Leerla es leer la actualidad.
¡La
recomiendo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario