Escribir es una tarea ardua,
compleja y llena de riesgos. Asumir el tiempo y el espacio para desarrollar un
entramado mágico, envolvente, en donde brote la vida, es una labor muchas veces
complicada. Por ello, lograr la atención del lector es un don sólo para
elegidos, porque sólo ellos saben capturar la mirada curiosa de los lectores,
motivo por el cual hace que este gozo sea para muchos inalcanzable.
Las novelas generadas en
nuestro país en los años 70 marcaron el rumbo de la novelística actual de nuestras
letras, afianzaron el panorama, propusieron sus formas y técnicas,
lamentablemente llegando a su ocaso en los años 90. Desde allí la novela
venezolana ha menguado, mermando en calidad y producción.
Desde ese tiempo son pocos
los nombres que sobresalen. Sólo nos podemos quedar con los latidos de un José
Balza, resonando con su novela “Percusión”, como lo mejor escrito en esa
década. El paisaje actual de la novela escrita en nuestro país es desconcertante.
Sin embargo, como un
torrente de vigor y rigor narrativo, sale a la luz la producción novelística de
un joven escritor venezolano, Gusmar Sosa.
En su propuesta narrativa la
realidad es trastocada, planteando miradas múltiples, llenas de un toque maravilloso,
a veces mezclando la luz y la oscuridad, dualidad presente siempre en los
acontecimientos diarios.
En esta narrativa se
entrecruza la realidad con la inventiva creadora del poder de fabular de
Gusmar, produciendo un relato fantástico e insólito, igualmente, verídico.
Yo llamaría al andamio
filosófico, narrativo y poético que conforman a ésta, su más reciente novela,
“Regeneración”, como una novela de realidad emulada, realidad extraída de un
hecho sonoro, que pasa a ser redimensionado,
cubierto y protegido por un halo fantástico.
Roberto, el personaje
principal de la novela, es una figura inquietante y enigmática por su don de
regenerarse a sí mismo, que lo hace inmune al fuego que se desarrolla en la
factoría donde se desenvuelve parte de la historia. Es un personaje humano, que
tiene los mismos miedos y culpas que todos sentimos de vez en cuando, que
dejándolos a un lado, asume el acto heroico de adentrarse en las llamas y
cambiar la situación. Roberto es un
héroe derrotado y de redimido a la vez.
En “A puertas cerradas”, de
Jean-Paul Sartre, un conjunto de personas son sumergidas en un infierno
doméstico, hecho que los incita a flagelarse entre ellos, haciendo germinar las
pugnas y los tropiezos. Por el contrario,
en la novela de Sosa, sucede lo inverso, el infierno es real, las altas llamas
cubren todo, llegan al techo como tentáculos de fuego, propagando un humo denso
color piedra, que los ahoga. No obstante, aquí la esencia humana muestra ese
don olvidado: la solidaridad, que surge de la fragilidad.
Los personajes de
“Regeneración” se despojan de resentimientos y culpas, propiciando entre ellos
un sosiego que los ayuda a sobrevivir en el infierno.
En estas contradicciones
reales, en estos sobresaltos, “Regeneración” asume un punto de flexión en el
ámbito de la novela actual del país, porque se ocupa, sin divertimentos, de un
hecho real y lo vuelve la semilla de una gran historia, que no se aleja de su
otro aspecto más importante como lo es el hecho de hacer una crítica pondera a muchas
de esas contradicciones que desde la realidad impregnan la historia de la
novela. Recordando con ello, las teorías estéticas de Georg Lukács, quien en
sus ensayos demuestra y hace patente estas dualidades.
Sosa asume correctamente
estas intrincadas y inasibles contracciones, volcándolas con éxito en la trama,
al nombrarlas y hacerlas parte de la novela permite elaborar una crítica de las
mismas desde la ficción, en esa realidad emulada, llena de vida y elementos
enigmáticos, fantásticos.
“Regeneración” es una novela
que se yergue como una propuesta literaria interesantísima, que nos hace pensar
en la recuperación de lo mejor de nuestra narrativa, trayéndonos una historial
original, es una novela que sale del inventiva de su autor, de su prosa ingeniosa,
alejada de superfluos y exabruptos, que atrapa y atrae, que nos envuelve poco a
poco con su potente historia.
Es una novela que abre
nuevos senderos en nuestras letras, que nos anima a confiar en lo que se viene
haciendo. “Regeneración”, no sólo es una excelente lectura, es también una
novela de un profundo contenido.
Acerquémonos a ella querido lector, adentrémonos en sus páginas, dejemos
que la prosa de Sosa nos sumerja en la fascinante historia de “Regeneración”.